Bono, frontman de la banda irlandesa U2, dedicó una buena parte de su energía durante más de veinte años a crear y promover esquemas redistributivos de ayuda a regiones del planeta devastadas por la pobreza. Sin embargo, no tuvo reparos en reconocer lo errado de su esfuerzo, luego de comprobar que dichos esquemas tienden a perpetuar las condiciones existentes, mientras que la empresa privada y el libre comercio son en general mucho más efectivos en la lucha contra la pobreza.
Obviamente, los medios no han sido amables: la narrativa del “capitalismo malo” no tolera este tipo de desvíos. Hay demasiados intelectuales comprometidos con la retórica izquierdista, y muy pocos de ellos estarían dispuestos a permitir que los hechos cambien sus posiciones ideológicas, especialmente cuando sus ingresos dependen de la percepción (negativa) que el público tiene del mercado y de la libre empresa. De cualquier modo, bravo por Bono… Sólo queda esperar que inspire a otros a juzgar los hechos y no las intenciones, y a tener la honestidad de reconocer que han estado equivocados, aunque implique desestimar el trabajo de muchos años.